|
|
| Datos Generales |
Índice |
|
|
Este número contiene 1 historia:
- The Blood of the Gods (60 págs.)
|
| Comentarios de la edición |
- Junto a los créditos se incluye un texto extraído de las Crónicas Nemedias, obra de Robert E. Howard, a modo de introducción. También se añade un pequeño resumen de los sucedido en The Savage Sword of Conan vol.1 #5, ya que la 1ª historia de este número continúa las aventuras de Conan tras lo ocurrido allí. Bajo el texto, se indica erróneamente que es una cita adaptada de "A probable Outline of Conan's Career", escrito por P. Schuyler Miller y John D. Clark.
- Contiene el artículo titulado "Red Sonja-- Banned in Boston!", realizado por Alison Scott con fotografías tomadas por el mismo autor. También incluye una nota editorial firmada por Roy Thomas.
|
|
"The Blood of the Gods"
|
| Equipo Creativo |
| Guión |
Lápiz |
Tinta |
Color |
Rotulación |
| Roy Thomas
|
John Buscema
|
Alfredo Alcalá
|
- |
- |
| Detalles |
| Protagonistas |
Conan
|
| Personajes Secundarios |
Alwazir - Salim - Achmet Mitkhal
|
| Personajes Invitados |
-
|
| Enemigos |
Dirdar - Vallon - Shalan - Ortellus - Brokk - Massina
|
|
Comentarios de la historia
|
- Esta historia es la adaptación libre de un relato del mismo título, escrito por Robert E. Howard.
- La historia está dividida en dos partes cuyos títulos son: "The Blood of the Gods" (23 páginas); y Chapter II "The creature of the caves" (37 páginas).
- Dirdar, Vallon y Shalan mueren en esta historia.
- Esta historia continúa tras los acontecimientos ocurridos en The Savage Sword of Conan vol.1 #5.
- En el encuentro que se produce en esta historia entre Conan y Achmet Mitkhal, este último hace referencia al momento en el que el cimmerio deja de ser líder de los zuagires. Esto se narra en la 1ª historia incluida en The Savage Sword of Conan vol.1 #9, titulada "The Curse of the Cat-Goddess".
|
|
Sinopsis
|
|
En una choza a las afueras de Azeem, Dirdar es interrogado por medio de la violencia por parte de Vallon y dos de sus secuaces, con la intención de obtener el paradero de Alwazir, ya que este les conducirá a las dos gemas conocidas como la Sangre de los Dioses. Dirdar se muestra reticente por miedo a Conan, antiguo caudillo de los zuagires, pero su intento por defenderse no es suficiente, por lo que intenta llegar a un trato con ellos si comparten el tesoro con él. Finalmente, afirma que el lugar que buscan es un sitio conocido como las Cuevas de Khour. Tras esta revelación alguien lanza un cuchillo desde el exterior de la choza, acertando en el corazón de Dirdar. A su vez, Vallon sale tras al agresor, reconociéndolo como Salim, un fiel seguidor de Alwzir, lanzándole una certera cuchillada. Sin embargo, a pesar de que uno de sus hombres busca el cuerpo, sólo encuentra un rastro de sangre. Al rato, los tres jinetes salen con rumbo a las cuevas de Khour. Por otro lado, Conan llega a la hacienda de Achmet Mitkhal, un viejo amigo que le brinda cobijo mientras el cimmerio se esconde de sus enemigos. En esos momentos aparece Salim, mal herido, que advierte a Conan del peligro que corre Alwazir. El bárbaro, mientras Salim expira, le promete hacer todo lo posible por ayudar a su amigo. Poco después, Conan parte por el largo desierto en dirección a las cuevas de Khour, por un camino que muy pocos conocen. Tras varios días, el cimmerio pone rumbo al pozo de Amir Khan, donde se proveerá de agua para terminar su viaje. No obstante, es atacado por varios urwallahnos, que a pesar de no conocer su identidad no aceptan la intrusión de forasteros en sus dominios. La montura del cimmerio es abatida. Gracias a su habilidad con el arco acaba con sus enemigos, aunque no consigue hacerse con uno de sus caballos, por lo que deberá realizar el resto del camino a pie. Durante el largo trayecto hasta el oasis, Conan recuerda su antigua relación con Alwazir, al que llegó a considerar como un amigo, el cual dejó toda su riqueza para someterse a una vida de aislamiento y reflexión. Finalmente, en la oscuridad de la noche, llega la palmeral que rodea al pozo de Amir Khan para descubrir que en el se encuentran varios urwallahnos. Intenta acercarse de forma furtiva pero es descubierto, por lo que decide tumbarse tras impactar en su cuerpo varias flechas. Sin embargo, cuando los nómadas del desierto se acercan a él, el cimmerio comienza una dura pelea con la espada. Uno de sus atacantes, tras ser herido, huye a matar a los caballos, sin que pueda impedirlo el bárbaro, que tras saciar su sed y proveerse de agua deberá seguir su camino a pie. Después de haber recorrido muchos kilómetros, Conan llega a las cuevas de Khour, una zona montañosa repleta de cuevas interconectadas a diferentes niveles de la montaña. Tras saciar su sed se dirige a la caverna en la que espera encontrar a Alwazir, que no responde después de llamarlo en varias ocasiones. Aunque encuentra las posesiones del ermitaño, no parece haber rastro de él. Entonces decide colocar una roca grande en el único sendero de acceso a la gruta, para poder así dormir un rato. Poco después se despierta mientras unas manos aferran su garganta en la oscuridad. Con un gran esfuerzo se libera de su misterioso atacante, que desaparece rápidamente. Conan inicia una búsqueda por el laberinto de cuevas sin obtener resultados. Al amanecer, en la estancia donde se encuentran las provisiones, el cimmerio se topa con una figura gigantesca y harapienta, que al verlo lo ataca de manera furibunda. Al tenerlo cerca, Conan reconoce en el gigante desaliñado a Alwazir, por lo que decide noquearlo y atarlo hasta que averigüe que ha provocado su asombrosa transformación. En esos momentos oye un ruido y sale de la cueva para encontrarse con Vallon. Este le propone una alianza, ya que sus hombres no han sobrevivido y de un momento a otro aparecerán los jinetes de Shalan, que lo están persiguiendo. Sin demasiada confianza el bárbaro acepta, escondiendo el caballo de Vallon, mientras observa como llegan los urwallahnos en tropel. Parapetados en una cornisa de piedra, Conan y el prófugo aquilonio utilizan sus habilidades con el arco para frenar el avance de los hombres de Shalan mientras cae la noche. Poco tiempo después, el cimmerio oye un ruido y descubre que vario urwallahnos han subido por una chimenea artificial escavada en la roca. Después de acabar con ellos la sella para evitar más sorpresas. A su vez, Vallon defiende bien su posición, aunque cree que no hay escapatoria, por lo que propone que uno de los dos se vaya mientras el otro le cubre. Conan no acepta y va en busca de Alwazir, descubriendo que se ha desatado. Durante su infructuosa búsqueda, el bárbaro descubre un camino que le era desconocido y que conduce a la cima de la montaña. Una vez arriba, oye los gritos de Vallon y desciende con rapidez. Shalan espolea a sus hombres en un multitudinario avance que los deja sin flechas. Desde la cornisa, hombro con hombro, el cimmerio y el aquilonio rechazan a todos los urwallahnos que pueden mediante la fuerza de sus espadas. Entonces, Shalan cae muerto mientras emite un alarido. En la oscuridad, los nómadas no han podido ver quién es su agresor, pero uno de ellos se topa con Alwazir, provocando el pánico entre los supervivientes, que dejan el lugar acto seguido. Poco después, Vallon duerme mientras Conan monta guardia. Al amanecer, Alwazir aparece frente a ellos. En esos instantes, Vallon decide que ya no necesita la ayuda del cimmerio y le ataca con una daga, pero este la esquiva con su espada, golpeando la cabeza de Alwazir, que cae inconsciente. A continuación comienza un largo duelo de espadas en el que Conan sale victorioso. Finalmente, Alwazir despierta, mostrando estar en sus cabales y le explica a Conan qué provocó su estado actual, así como el destino de la Sangre de los Dioses, que ha ido a parar al fondo del mar de Vilayet. Conan decide partir a Zamboula y Alwazir acepta ir con él.
|
|
|
|
|
