Mientras Conan y Jenna cabalgan por una cadena montañosa, los atacan unos salvajes. Logran agarrar a Jenna y Conan responde violentamente. La batalla se detiene con la llegada del jefe de los salvajes, en el que Conan decide confiar hasta el punto de unirse a los salvajes en sus danzas frenéticas. A la mañana siguiente, Conan y Jenna se preparan para partir, pero una criatura alada atrapa a la joven y se la lleva más allá de los acantilados. Conan la persigue. Los valles en los que Conan entra contienen todo tipo de flora y fauna, hasta que finalmente llega a una torre similar a un faro en el segundo valle. Un hombre alado de ébano sale y lanza a un hombre hacia las flores de aspecto extraño de debajo. Las flores se aprestan a matarlo y chuparle la sangre, para horror de Conan. La criatura, percibiendo la presencia de Conan, vuelve dentro y momentos después regresa, zarandeando a Jenna por encima de las plantas devoradoras de hombres. Sin forma alguna de alcanzar la torre, Conan regresa hasta los animales del valle anterior y enciende un fuego para guiar a una manada de elefantes hacia la torre. Las bestias pisotean el campo de flores y Conan escala las paredes de la torre. Lucha a muerte con la criatura y, carente de interés acerca de los misterios de la torre y su dueño, guía a Jenna fuera del valle.
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