En las laderas de las colinas de Hyrkania, dos ejércitos mercenarios libran una sangrienta batalla. En un lado se encuentra el General Kayde, luchando por la ciudad estado de Dimmorz, mientras que en el otro Conan y sus hombres luchan por la provincia de Balkhana. La inferioridad numérica del ejército del cimmerio provoca que vaya perdiendo la contienda. En el campo de batalla, Conan se enfrenta con Kayden, perdiendo el envite contra el turanio, salvando la vida por poco debido a la marea de la confrontación entre los mercenarios. Al caer el sol, ambos ejércitos se retiran a sus campamentos. El bárbaro, viendo lo complicado de su situación trama un plan. En mitad de la noche, la mayor parte de sus hombres comienza una retirada. Al amanecer, Kayden descubre la huida y sale tras ellos, pero al pasar por una estrecha garganta caenen la trampa de Conan, que con un pequeño grupo de mercenarios provoca una avalancha sobre ellos. De ese modo, puede retrasar la marcha de sus enemigos y propiciar que su ejército llegue a una ciudad amurallada. A pesar de la negativa de Cesium , el consejero jefe de la ciudad, el cimmerio y su menguado ejército se parapeta bajo sus murallas, previniendo el asedio que les espera, el cual se materializa al llegar Kayden y los suyos poco después. El asedio se va prolongando, provocando que los víveres se acaben y los mercenarios de Conan pierdan los nervios en la taberna local. Ante esta situación, el cimmerio parece decidido a cargar contra Kayden a riesgo de perder la vida, pero es detenido por Tasso, un encapuchado que reclama su atención y que lo lleva al interior de un edificio de la ciudad. Allí descubre una galería de túneles en los que se encuentran a los exiliados del pueblo. Se trata de unos pobres enfermos desterrados cuya carne se deteriora por haber comido carne en mal estado. En su reclusión los conforta una sacerdotisa de Mitra llamada Margitte. En un primer instante, los malditos intentan acabar con el bárbaro, pero este se da cuenta que es en cierta forma el responsable de que pasen hambre y les ofrece su última res. Mientras Conan traba amistad con ellos, las murallas son atacadas por Kayden que a pesar del mal estado de los mercenarios del cimmerio consiguen repeler el ataque. Por otra parte, Conan les ofrece a Tasso y los suyos la posibilidad de luchar contra Kayden, y aceptan seguirle a la batalla. Al llegar la noche, Kayde dirige a su ejército contra las murallas de la ciudad, pero son sorprendidos por Conan y los malditos por la retaguardia. Tras una señal del cimmerio, sus hombres abren las puertas y se unen a la contienda, declinando la balanza a su favor. Una vez más, Conan se enfrenta a Kayden en el campo de batalla, pero de nuevo cae ante la espada del turanio. Antes de que Kayden pueda asestar el golpe mortal, Tasso y los suyos se abalanzan contra él hasta masacrarlo, aunque Tasso muere en el transcurso de la batalla poco después. Al día siguiente, el cimmerio se marcha con lo que queda de su ejército tras la victoria, mientras es maldecido por Cesium y Margeritt.
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