Los Hombres Nuevos Malignos conducen a un inconsciente Bruce Banner a la Casa Blanca. El Hombre-Bestia es testigo de la escena desde el despacho del presidente cuando recibe la llamada de Lizhardus, quien le informa de la fuga de Adam Warlock.
En su laboratorio subterráneo, el Hombre-Bestia le coloca un transmisor subcutáneo a Banner, con la idea de mandarlo contra Warlock. Debido a la tensión, Banner se transforma en Hulk y lucha de nuevo contra los Hombres Nuevos Malignos. Esta vez consigue librarse de ellos y huir.
En los túneles subterráneos se en cuentra con los Hombres Nuevos, a los que ya conocía de su anterior visita a la Contratierra. Hulk promete ayudarlos a cambio de cobijo.
En el Departamento de Justicia, Ben Vincent y June Volper se extrañan de la meteórica carrera de Rex Carpenter y de su hermetismo como presidente, por lo que deciden investigarlo.
Los Hombres Nuevos llevan a Hulk junto con Warlock y el Registrador. Hulk parece ser feliz allí todo el tiempo que pasa con ellos, hasta que, mientras celebran una cena, el Hombre-Bestia activa el implante. Esto enfurece a Hulk, que ataca a los que eran sus amigos. con Warlock debilitado, el Hombre-Bestia aparece y aprovecha para capturarlo. Hulk revierte a su forma de Banner.
Más tarde, el Hombre-Bestia vuelve a introducir su esencia en el cuerpo del cautivo Rex Carpenter, quien da un mensaje a la nación para anunciar la ejecución de Warlock. Se produce una ejecución pública, a la que asiste un impotente Banner, en la que Warlock muere crucificado debido a un rayo subsónico y revierte a su capullo.
|