La forma ectoplásmica del Dr. Extraño se relaja volando por los cielos de la ciudad de Nueva York a medianoche, cuando un aura maligna se cruza en su camino y llama su atención. A continuación, rastrea este vapor místico que lo lleva hasta una chica embozada atrapada en un hechizo que no puede romper. Entonces, decide utilizar su magia para conducirla a su propia morada, donde ni siquiera con el poder de su amuleto es capaz de ayudarla. Extraño sale de nuevo de su cuerpo y se dirige al castillo del Anciano en un plano espiritual. Allí, pide consejo a su antiguo maestro, llegando a la conclusión de que deberá viajar al pasado para completar su misión. El Anciano enciende una vela, que junto con sus poderes abren un camino de luz por el que viaja Extraño a tiempos remotos, aunque debe volver antes de que se extinga la mecha del cirio. El Maestro de las Artes Místicas llega a su destino, donde se encuentra con Zota, un hechicero que detecta la llegada de un intruso, por lo que le espera con una trampa en forma de rayo de luz. Extraño se encuentra atrapado, pero utiliza el poder de su amuleto para dirigir el humo a la trampa de luz, permitiéndole así salir de ella. Después, tras una breve lucha contra Zota, lo deja indefenso con su amuleto, sin voluntad y sin sus poderes. Mientras, la luz de la vela se extingue, sin que el Anciano pueda hacer nada para evitarlo. En su camino de vuelta, Extraño se queda atrapado en un mundo de sombra hasta que utiliza su concentración en su amuleto, consiguiendo con mucho esfuerzo abrir una pequeña vía de escape que le permite volver con el Anciano. Finalmente, libera a la muchacha del encantamiento, descubriéndose como Cleopatra, a la que devuelve con Marco Antonio al Antiguo Egipto.
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