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Datos Generales |
Índice |
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Este número contiene 1 historia:
- Death On the Black Coast! (33 págs.)
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Comentarios de la edición |
- Contiene la sección "Marvel Bullpen Bulletins", en ella se incluye: "Item!", una sección de noticias y comentarios sobre los trabajos y los autores de Marvel de aquel momento; y "Stan Lee's Soapbox", un texto editorial firmado por Stan Lee (1 página).
- Contiene la sección de correo de los lectores "The Hyborian Page", a cargo de Roy Thomas (1 página).
- Entre los diferentes contenidos publicitarios que ofrece este número se encuentra "The Thing and the Ultimate Weapon!", con la particularidad de que es un cómic atribuido a Sal Buscema, Joe Rubinstein e Irv Watanabe, protagonizado por la Cosa, que publicita unos pastelitos (1 página).
- Entre los diferentes contenidos publicitarios también se encuentra "Batting Practice", un cómic de autor desconocido, protagonizado por Pete Rose, un entrenador de beisbol que da consejos sobre este deporte, así como la tira publicitaria "The Adventures of Gritboy", firmada por N. Rosato (1,5 páginas).
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"Death On the Black Coast!"
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Equipo Creativo |
Guión |
Lápiz |
Tinta |
Color |
Rotulación |
Roy Thomas
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John Buscema
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Ernie Chan
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G. Roussos
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Joe Rosen
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Detalles |
Protagonistas |
Conan
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Personajes Secundarios |
Bêlit - Corsarios Negros (M'Gora - N'Yaga - Laboto)
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Personajes Invitados |
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Enemigos |
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Comentarios de la historia
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Sinopsis
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El Tigresa se interna en Kush remontando el río Zarkheba, donde años antes Bêlit y su tripulación habían descubierto un barco abandonado, con solo un marinero enloquecido acurrucado en la cubierta, describiendo una ciudad rica río arriba. Por la noche, mientras Conan y Bêlit hablan de los dioses, una serpiente marina ataca el barco y arrastra a Laboto a las profundidades. A pesar de las advertencias de N'Yaga sobre el mal a lo largo del río, Bêlit continúa su viaje. A la mañana siguiente, avistan una ciudad de piedra derruida junto a la orilla del pútrido río, y la tripulación debate qué es una estatua de una criatura simiesca con alas encima de un pilar cuando la estatua cobra vida y vuela hacia el cielo. Toda la tripulación baja a tierra a la ciudad y encuentran un altar manchado de sangre. Bêlit ordena a cuatro hombres que levanten el altar, sospechando que puede haber tesoros debajo. También sospecha en secreto que puede haber una trampa, y cuando unos peñascos caen sobre sus hombres, aplastándolos, hasta Conan se sosprende de su actitud despreocupada mientras ordena que se retiren las rocas, mostrando un montón de oro y joyas. Un grito estridente les obliga a dirigir su mirada al Tigresa, donde ven al demonio simio volar huyendo. Vuelven a toda prisa y ven que la criatura ha destruido el suministro de agua, atrapándolos de facto allí hasta que puedan encontrar agua potable. Conan se lleva a M'Gora y a algunos otros a buscar agua, mientras Bêlit supervisa la carga del botín en el barco. Al poco, Conan oye movimiento tras ellos y ordena a los hombres que continúen, mientras comprueba su retaguardia. Por desgracia, se topa con un árbol de loto negro, cuyos pétalos lo duermen. En sus sueños, ve alienígenas, seres alados que construyeron la ciudad hace eras, contaminando el agua y la tierra con sus máquinas, hasta que finalmente cambiaron y se extinguieron, dejando una bestia de alas negras como única superviviente. Cuando los hombres primitivos llegaron a la ciudad, la bestia los cazó, e incluso hoy en día caza a los suficientemente locos como para remontar el río. Conan incluso ve, como a través de los ojos de la bestia, un ataque a sus propios hombres. Conan despierta sobresaltada y corre hasta donde había enviado a la partida, pero encuentra solo sus escudos y armas, y a un salvaje M'Gora, enloquecido hasta el punto que Conan se ve forzado a matarlo. Un entristecido Conan encuentra entonces al resto de la partida muertos, y corre de vuelta al Tigresa, donde encuentra a toda la tripulación asesinada y a Bêlit colgando muerta de del mástil del barco. Con cuidado la baja y la deja yacer sobre la cubierta del barco, rodeada de joyas y, tras encontrar terreno elevado, espera a que llegue la noche. Desde el bosque emerge una manada de hienas, y Conan derriba con su arco a todas las que puede antes de quedarse sin flechas, tras lo que acomete a la manada con su espada. Maltrecho y ensangrentado, ve a la bestia alada volar en círculos sobre él. De repente, el altar sobre el que se alza comienza a derrumbarse y un pilar aplasta a Conan contra el suelo. La bestia aterriza y comienza a aproximarse a Conan, cuya espada está fuera de su alcance. Antes de que llegue a Conan, sin embargo, surge una aparición de Bêlit, que se enfrenta a la criatura. Conan logra liberarse mientras la criatura está distraída, agarra su espada y mata a la bestia, acabando con la raza más antigua. Con lágrimas en los ojos, prende fuego al Tigresa y lo deja a la deriva en dirección al mar.
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