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Desde muy niña se aficionó a la lectura de cómics por la atracción que Superman ejerció sobre ella, aunque ha reconocido que una de sus herínas favoritas de siempre ha sido Little Lulu (La Pequeña Lulú), y aquel personaje fue el que verdaderamente le impulsó a ser artista de cómics. Para conseguirlo, estudió dibujo publicitario en la Universidad hasta el comienzo de la década de 1970 y fue allí donde hizo migas con un muchacho, también estudiante de arte, llamado Len Wein. Len había tenido ya la oportunidad de publicar algún guión suyo en DC Comics y de algún modo convenció a sus editores de que diesen trabajo a Glynis Oliver, quien al poco pasaría a ser señora de Wein. Glynis se introdujo en la industria por la puerta trasera, puesto que la destinaron al departamento de producción para realizar trabajos diversos, entre los cuales destacó colorreando mecánicamente las portadas de los cómics de DC. Alguna de esas cubiertas llamó la atención de Roy Thomas, quien la reclutó para la serie The Avengers. Según ha declarado, se sintió muy bien acogida por Marvel, sobre todo por Marie Severin, una profesional del color desde los años cincuenta que la instruyó y le dio el apoyo suficiente para sobrevivir en una industria en la que pocas mujeres tenían la fortuna de prosperar como profesionales. Glynis consiguó asentarse en Marvel, ganando experiencia y llegando a colorear infinidad de títulos. Empezó en series menores, cuyos géneros eran el terror y la fantasía. Entre las primeras colecciones se entcuentran Werewolf by Night, Creatures on the Loose, The Tomb of Dracula, Frankenstein, Supernatural Thrillers, Worlds Unknown, Jungle Action, Conan the Barbarian, Strange Tales, Marvel Team-Up, entre otras. Más tarde, consiguió incorporarse a series regulares de superhéroes, primero a The Defenders, a la que seguiría otros títulos como Powerman o Captain Marvel, entre otros. A partir de 1974, tomaría las riendas del color en series fundamentales de la editorial como The Incredible Hulk, The Migthy Thor, The Amazing Spider-Man y Fantastic Four. En ésta última serie, su nombre de casada aparecería en los créditos hasta el final de la década. Siempre en Marvel, Glynis pasó la segunda mitad de los años setenta coloreando todo tipo de cómics. De este periodo datan sus trabajos en The Invincible Iron Man, Captain America, Inhumans, Star Wars, Daredevil, Nova, 2001: A Space Odyssey, Ms. Marvel o Black Panther, entre otras series. Suyo fue el nuevocolor añadido en 1975 a las páginas de Barry Windsor-Smith, reeditadas en Marvel Treasury Edition Vol.1 #15, al igual que tuvo la responsabilidad completa de color de los 20 primeros números de la serie The Eternals. Durante el revuelo que se operó en Marvel a caballo ebtre las décadas de los setenta y los ochenta, Glynis estuvo colaborando brevemente con DC Comics, en las series Superman, Superboy, Batman, The Brave and the Bold, Dc Comics Presents, Detectice Comics y Untold Legens of the Batman. Fue en un un cómic publicado por la editorial competidora donde firmó su primer trabajo con el apellido Oliver, en Adventure Comics #459, y fue entonces cuando trabajó en una serie de lanzamientos en los que los héroes de Marvel y Dc compartían el mismoescenario: DC Special Series #18, confrontación entre Batman y Hulk; Marvel and DC Presents #1, con los Nuevos Titanes y la Patrulla-X; y Marvel Treasury Edition Vol.1 #28, el inolvidable enfrentamiento entre Superman y Spiderman. Tras esta escapada a DC y, momentáneamente, a otras editoriales, como Eclipse Comics, la colorista se instaló de nuevo en Marvel. El caché de Glynis Oliver había aumentado a principios de los ochenta y poco a poco escaló posiciones en la Casa de las Ideas, primero en G.I. Joe, Starlord and Special, Dreadstar, Marvel Fanfare o Epic Illustrated, para pasar luego a las series más en boga, las protagonizadas por mutantes como Cloack and Dagger, Kitty Pryde and Wolverine, Dazzler, The New Mutants o The Uncanny X-Men, entre otras. En 1985, dejó de firmar definitivamente sus trabajos con el apellido Wein. Con su apellido de soltera siguió coloreando series durante la segunda mitad de la década de los ochenta, con especial dedicación, casi absoluta, en las colecciones Marvel Comics Presents, The Sensational She-Hulk, Excalibur, Wolverine y The Incredible Hulk, serie a la que se incorporó en 1989 para permanecer en ella casi diez años. Durante la década de los noventa, ha colaborado circunstancialmente en títulos como Punisher War Journal, Colossus God's Country, Darkhold o Deadpool y ha sido la completa responsable de Namor the Sub-Mariner y X-Factor. Actualmente, sigue contando entre sus mejores amigos a Roy Thomas, Marie Severin, Marv Wolfman a su ex,marido Len Wein, y parcticando la meditación trascendental. A la vista de sus 25 años de labor, coloreando casi exclusivamente cómics de Marvel, sin duda se trata de una de las más injustas olvidadas profesionales de la historieta, pues ha dado color y vida a miles de cómics que han pasado por nuestras manos. Biografía realizada por Manuel Barrero, publicada en Conan El Bárbaro Vol.2 #38. |