En este número, Thanos primero destruye toda la realidad y después la restaura, aunque eliminando de la memoria de todo el mundo los hechos ocurridos en la miniserie, de forma que solo la recuerda Warlock y él. Esto es debido a que Adam Warlock estaba protegiendo a Atleza Lagunn como el ancla de la realidad, sobreviviendo a la destrucción de Thanos, además de ser el responsable de que restaure la realidad.
Thanos se enfrenta a todos aquellos que pretenden que reniegue a su recién adquirido poder, algo que lo enfurece por momentos. A pesar de que nadie es capaz de derrotarle, Thanos entra en una espiral de ira ante la situación y decide absorber toda la realidad, propiciando la llegada del vacío. Nace un Universo donde no hay nada excepto él.
En esos momentos aparece Adam Warlock, con el cual establece una conversación sobre sus anhelos y su decepción una vez conseguidos. A pesar de su poder, Thanos no ha sido capaz de ser feliz al alcanzar sus metas.
Finalmente llega a la conclusión de que debe restablecer el universo, tal y como era antes, aunque para ello deba sacrificarse él mismo.