BILL MURRAY
Evanston, Illinois, USA 21 de septiembre de 1950

William James "Bill" Murray nació en Wilmette, un pueblecito de Illinois. Fue el quinto de los nueve hijos de un humilde matrimonio. Tanto él como algunos de sus hermanos trabajaban en un club de golf como caddies, para que sus padres pudieran pagar el colegio de los jesuitas donde estudiaban. Allí participaba en las obras de teatro escolares, lo que le hizo descubrir su vocación artística. Aún así, decidió estudiar Medicina, matriculándose en la Universidad de Denver, pero un oscuro episodio dio al traste con sus aspiraciones académicas. Tras ser detenido por posesión de drogas, la dirección del centro decidió expulsarle. Poco después, volvió a ser arrestado en el aeropuerto de Chicago, cuando declaró que llevaba una bomba, aunque en realidad su maleta contenía ocho kilos de marihuana. Al menos, Murray se toma con humor este alocado incidente de juventud, asegurando en varias ocasiones que fue “el traficante más patoso de la historia criminal estadounidense”.

Decidió dedicarse al humor en la radio, en un programa que obtendría cierta popularidad, National Lampoon Radio Hour. Y a pesar de su carácter reservado, y de que normalmente apenas habla con nadie, Murray se hizo muy amigo de sus tres compañeros del show: John Belushi, Gilda Radner y Dan Aykroyd. Posteriormente, estos cómicos fueron fichados para un programa recién creado de la televisión estadounidense, Saturday Night, por lo que Murray tuvo que buscarse otros trabajos en radio y apariciones como extra en películas como Próxima parada o Greenwich Village. Finalmente acabó integrándose en una compañía teatral de Chicago. Su gran golpe de suerte llegó en 1977, cuando se produjo una baja en el programa televisivo de sus amigos, y éstos le llamaron para sustituir a Chevy Chase, en la tercera temporada. Permsaneció en el programa durante tres temporadas, entre 1977 y 1980, y mantuvo una relación sentimental con su compañera de elenco Gilda Radner.

Al igual que a toda una generación de cómicos, Saturday Night le convirtió en un rostro popular. La parte negativa es que le encasillaron en comedias alocadas. Por esta razón, debutó como protagonista interpretando al director de un campamento de verano en Los incorregibles albóndigas, disparatada cinta de enredos juveniles subida de tono que se convirtió en un gran éxito. De hecho, se hicieron tres secuelas, y una mala imitación, ya sin Murray, que había quedado relegado a protagonizar tontorrones subproductos, que le granjearon al menos grandes amistades con los directores de las mismas.

Con Harold Ramis trabajó por primera vez en El club de los chalados, una infumable sátira del mundillo del golf. Además, se convirtió en actor fetiche de Ivan Reitman, el director de la citada Los incorregibles albóndigas, con quien repetiría en El pelotón chiflado, predecible parodia del cine de reclutas en la que Murray conseguía arrancar algunas sonrisas. Al menos, Sidney Pollack le dio un papel secundario de mayor entidad en Tootsie, muy superior a sus anteriores trabajos. Su mayor éxito, motivado más por la pegadiza sintonía que por la calidad de la cinta, fue Los cazafantasmas, de nuevo a las órdenes de Ivan Reitman, a partir de un guión escrito por los otros protagonistas, Harold Ramis y Dan Aykroyd, y que iba a ser protagonizada por John Belushi, prematuramente fallecido.

En este momento de su carrera, Bill Murray era un actor que arrasaba en taquilla, pero echaba en falta producciones de mayor calidad, por lo que decidió arriesgarse. Fue así como protagonizó una nueva versión de El filo de la navaja, la novela de William Somerset Maugham, reconvertida en guión por el propio Murray. Aunque el resultado es inferior a la versión clásica de Tyrone Power, se trata de un digno trabajo que no merecía estrellarse, únicamente porque al público le costó creerse a Murray en un drama. De esta forma, el actor tuvo que volver a la comedia, en títulos tan prescindibles como La loca aventura del matrimonio, Los fantasmas atacan al jefe y la segunda entrega de Los cazafantasmas. Le quedó tiempo para probar fortuna en el musical, con un pequeño papel en La pequeña tienda de los horrores, e incluso para dirigir Con la poli en los talones, por el momento su única incursión tras la cámara.

En los años noventa, Murray se distingue por seleccionar tan cuidadosamente sus guiones que productores y directores tienen que darle la lata para que les haga caso. “Es mucho trabajo leer un guión. Algunos dicen que escribieron pensando en mí y resulta que utilizan frases que provienen de otras películas viejas mías”, explica el actor, que asegura que la mayoría de las veces rechaza los proyectos que le ofrecen. “He dicho que no tantas veces, que alguna gente simplemente ya no me molesta”. Entre los trabajos escogidos con cuentagotas por el actor en esta época destaca una comedia absolutamente hilarante, Atrapado en el tiempo, que aceptó porque la dirigía su viejo amigo Harold Ramis. A continuación, deslumbra a propios y extraños como gángster con vocación de cómico en La chica del gángster, en la que le rompió accidentalmente la nariz a Robert De Niro durante el rodaje. Y por si a alguien le quedaba alguna duda de que se le había infravalorado, conmovió ala platea interpretando a dos perdedores, el travesti de Ed Wood y el ventrílocuo de medio pelo de Abajo el telón. Asiismo, realizó dos de sus mejores trabajos a las órdenes de Wes Anderson: Academia Rushmore y Los Tenenbaums, y apareció como estrella invitada en Los ángeles de Charlie.

Ocho meses tardó Sofia Coppola en convencerle para interpretar al actor de Lost in Translation: “Incluso después de haberse comprometido y estando ya nosotros en Tokio para rodar, no sabíamos si iba a aparecer”, recuerda la directora. Por su parte, Murray se deshace en elogios hacia la prometedora realizadora. “Nunca me habían escrito algo que me haya entusiasmado tanto hacer, y que luego lo hayan dirigido tan bien”, declara. Su trabajo se saldó con un Globo de Oro, y la primera nominación al Oscar para Murray. Y aunque finalmente la estatuilla fue a parar a Sean Penn, se trata de una hazaña que no ha conseguido ningún otro integrante del programa Saturday Night.

Apenas se conoce nada de la vida privada de Murray, de carácter reservado y famoso por sus desplantes a los periodistas. Se sabe que es aficionado a comprar equipos de béisbol de cuarta fila, para intentar que asciendan de categoría. El actor tiene seis hijos, y tras divorciarse de su primera mujer, contrajo matrimonio con Jennifer Butler, la diseñadora de vestuario de Atrapado en el tiempo. Tras ponerle la voz a Garfield, en una adaptación en imagen real del famoso personaje de las tiras de prensa de Jim Davis, se le pudo ver haciendo de oceanógrafo en Life Aquatic, otra comedia de Wes Anderson, y también en uno de los trabajos de Jim Jarmusch.

Como personaje del Universo Marvel formaría parte del elenco de actores del programa Saturday Night que recibiría la visita del Samurai de Plata durante una emisión. Spiderman acude al rescate formando equipo con todos ellos, de una u otra forma.

  • Primera aparición en Marvel Team-Up Vol.1 #74.