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William "The Fridge" Perry es un famoso exjugador de fútbol americano que jugó en la National Football League (NFL) durante diez temporadas, principalmente con los Chicago Bears. Apodado "El Refrigerador" por su imponente tamaño fue el primer gran mamut de este deporte y una sola jugada bastó para hacerle universalmente famoso. Perry siempre fue muy grande. Al nacer pesó más de seis kilos y a los 14 años superaba holgadamente los 130. Como defensor de fútbol americano no tenía precio y este negrazo del profundo sur acabó como estrella de los universitarios Clemson Tigers, una inmensa mole de casi 170 kilos de peso y 1.88 metros de estatura sin haber cumplido aún los 20 años.
No sólo era famoso por su fuerza telúrica, sino por ser el alma de las fiestas con las que se celebraban las victorias: cantaba, bailaba, tenía un agudo sentido del humor y era capaz de hazañas de freak show; en una noche de farra se bebió 48 latas de cerveza de una tacada para asombro de sus compañeros, haciendo más literal que nunca su apodo de "nevera", que le puso un compañero de universidad cuando se topó con él en un ascensor: “tío, eres casi tan grande como una nevera”. Su tamaño camuflaba portentosas habilidades atléticas: corría los 100 metros por debajo de 12 segundos, lanzaba el peso de atletismo a 16.44 metros y su repertorio de mates en basket era más que considerable, con vistosas ejecuciones de 360 grados.
Los Chicago Bears le eligieron en 1ª ronda del draft de 1985, puesto 22, convirtiéndole en el jugador más pesado de la historia de la NFL, pero establecieron una cláusula en su contrato para obligarle a adelgazar. Según los técnicos del equipo, su peso ideal era de 135 kilos. Nunca adelgazó tanto, pero sí se estabilizó alrededor de los 150. En su año de rookie, los Bears llegaron a la Super Bowl ante los New England Patriots. En el tercer cuarto, una jugada de ataque dejó el balón a una yarda de la línea de anotación. Entonces el técnico de los Bears, Mike Ditka, le dijo a Perry que se encargara de conseguir el touchdown, convirtiéndole en el fullback más imponente que jamás hubiera visto la NFL.
Fue muy simple: Perry tomó carrerilla, le dieron el balón y su corpachón lanzado atravesó la defensa de los Patriots como si fuera mantequilla, aplastando al linebacker rival Larry McGrew por el camino. Touchdown, victoria y fama. Un cronista del Chicago Sun Times escribió: “Es el mejor uso de la grasa desde que se inventó el baicon”, y aquella jugada, única en la historia, se bautizó como fat attack (ataque grasiento o ataque del gordo). La figura de Perry inundó Estados Unidos. Estuvo en los programas de televisión más vistos, su camiseta número 72 se vendió como rosquillas e incluso se fabricó un muñeco G.I. Joe "Fridge" Perry. Huelga decir que las marcas de electrodomésticos se lo rifaban para anunciar sus neveras. Su anillo de campeón de la Super Bowl es el más grande que se haya fabricado jamás para poder abarcar sus dedos gruesos como morcillas cebolleras, talla 25 cuando lo normal en la NFL son las tallas 10 y 12.
William nunca hizo mucho más, incapaz de controlar su peso. Pasó sin pena ni gloria el resto de sus días en la NFL y en la Liga Mundial (London Monarchs) y una vez retirado peleó en casposas veladas de lucha libre, fundó una empresa textil especializada en tallas grandes y puso en marcha un negocio de albañilería. El alcohol, las compañías inapropiadas y su mala cabeza lo echaron todo a rodar. En 2016, rozando los 200 kilos e incapaz de andar, con problemas nerviosos y de diabetes, quedó confinado en una silla de ruedas. Todo el dinero que había ganado en sus años de esplendor se esfumó con la misma rapidez con la que su salud se deterioraba. Mientras, su gigantesco anillo de campeón emprendía caminos de ida y vuelta: lo malvendió en una subasta y algunos años después, en 2011, un niño de 10 años llamado Cliff Forrest lo encontró en venta por Internet. Convenció a su madre para costear los 8.500 dólares que pedían por él y, una vez en su poder, se lo devolvió a su legítimo propietario. "Nevera" agradeció el gesto pero no tardó demasiado en volver a venderlo, tragándose la dignidad.
En enero de 2016, debido a su exceso de peso, ingresó en el hospital para recibir tatamiento por la diabetes, estando a punto de que le amputaran una pierna. En junio de 2016, Sports Illustrated informó de que Perry vivía en una casa de retiro, tenía dificultades financieras y seguía bebiendo alcohol a pesar de haber reconocido públicamente su alcoholismo en 2011.
Primera aparición en el Universo Marvel: The Invincible Iron Man vol.1 #222.
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