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Ricardo I de Inglaterra, conocido como Ricardo Corazón de León, fue rey de Inglaterra, perteneciente a la dinastía Plantagenet. Era el tercer hijo de Enrique II de Inglaterra y Leonor de Aquitania. Heredó de su madre el Ducado de Aquitania (1168) y el de Poitiers (1172), territorios en los que tuvo que guerrear continuamente para mantener sometida a la nobleza. Entre 1173 y 1174 participó con su madre y sus hermanos en la gran rebelión contra su padre, el cual invadió sus dominios y le obligó a pedir perdón. Volvió a rebelarse contra Enrique II en 1188, cuando el rey planeó dividir la herencia entre Ricardo y su hermano Juan sin Tierra. En esa ocasión, Ricardo se alió con el rey de Francia, Felipe II Augusto, al cual prestó homenaje feudal por sus dominios en el continente, combatiendo luego unidos contra Enrique II hasta obligarlo a reconocer a Ricardo como único heredero.
En 1189, al morir su padre, Ricardo Corazón de León se convirtió en rey de Inglaterra, duque de Normandía y de Anjou. Sin embargo, pasó fuera de Inglaterra la mayor parte de su reinado. Su obsesión era la Cruzada de la Cristiandad contra Saladino, que acababa de tomar Jerusalén; y, efectivamente, fue uno de los jefes de la Tercera Cruzada (1189-1192), junto con el emperador alemán Federico I Barbarroja y el rey Felipe II de Francia. A causa de ello, Ricardo I se desentendió de la monarquía inglesa y de sus intereses en el continente europeo: malvendió el patrimonio real para financiar la Cruzada, y puso en grave riesgo sus territorios continentales al enemistarse con Francia, aunque no estalló la guerra de momento, por estar los dos reyes igualmente comprometidos en la Cruzada.
De camino hacia Palestina, Ricardo se detuvo en Sicilia para asegurar los derechos de su familia en aquella isla frente a las pretensiones del emperador (Tratado de Mesina, 1190). Luego conquistó Chipre y Acre (1191). En Palestina tuvo continuos enfrentamientos con los cruzados alemanes y franceses, y no consiguió el objetivo de tomar Jerusalén. Muerto Federico I Barbarroja y habiendo regresado a Francia Felipe II, Ricardo concluyó una tregua con Saladino que garantizaba a los cristianos el libre acceso a los lugares sagrados de Jerusalén y la posesión de Acre (1192). Intentó volver a Inglaterra evitando a sus muchos enemigos, pero no le fue posible, al naufragar su barco cerca de Venecia y ser reconocido su disfraz en Viena. Cayó prisionero del emperador Enrique VI, que le obligó a pagar un fabuloso rescate para dejarle libre en 1194. Por fin regresó a Inglaterra, para encontrar que su hermano Juan sin Tierra le había usurpado el trono; indignado al verse desheredado por Ricardo, que en Sicilia había declarado heredero a su sobrino Arturo de Bretaña.
Ricardo I fue coronado de nuevo, pero partió enseguida a Normandía, donde pasó sus últimos años luchando contra el rey de Francia. Murió durante el ataque a una fortaleza de su vasallo, el vizconde de Limoges, sucediéndole en el trono su hermano Juan sin Tierra. Ricardo I de Inglaterra fue considerado ya en vida la personificación del caballero cristiano medieval y se convirtió en una leyenda romántica después de su muerte: su entrega a la mística guerrera de la Cruzada, su peripecia aventurera por Europa y su larga ausencia del reino permitieron que surgiera el mito de un rey deseado por el pueblo y traicionado por enemigos desleales.
En el Universo Marvel, en 1187, Saladino de Egipto conquistó Jerusalén. Los edictos del Papa Gregorio VIII impulsaron la Tercera Cruzada para liberar la Tierra Santa de sus conquistadores musulmanes. Entre los caballeros del rey Ricardo estaba Eobar Garrington, el Caballero Negro (IV) de esa época.
Richard en ese momento desconocía el hecho de que su hermano, el Príncipe Juan, se había asociado con el espíritu de Mordred de Camelot del siglo IX, que conspiró para derrocar el gobierno de Richard. Llevaron a Richard a una trampa que lo llevó a ser capturado por la horda musulmana. Para frustrar a Mordred y al Príncipe Juan, el mago Merlín convocó al espíritu de Dane Whitman (el Caballero Negro de la era moderna) para que poseyera el cuerpo de su antepasado Eobar Garrington para rescatar al Rey Ricardo. Fue asistido por sus compañeros de equipo Los Defensores, que viajaron en el tiempo para rescatar su espíritu. Mordred y el Príncipe Juan fueron derrotados gracias a la ayuda de otro viajero en el tiempo, el Preste Juan, quien usó el mágico Ojo del Mal para desterrar a sus enemigos. Con el Rey Ricardo liberado, Los Defensores regresaron a su propio tiempo mientras el espíritu de Dane Whitman optó por permanecer en el siglo XII y luchar junto al Rey.
En julio de 1191, Ricardo y sus caballeros habían continuado luchando hasta llegar a Jerusalén, pero el número de suministros que pesaban sobre sus prisioneros hizo que Ricardo enviara al Caballero Negro para reunirse con Saladino de Egipto y hacer un intercambio de prisioneros por los fragmentos de la Verdadera Cruz para evitar la masacre de los prisioneros. Sin embargo, el Caballero sufrió serios retrasos y no pudo regresar a tiempo antes de que los confederados de Ricardo, el Rey Felipe II de Francia, Leopoldo de Austria y Conrado de Monferrat lo convencieran de quemar vivos a los 2700 prisioneros, ganándose la ira del Caballero Negro. El Caballero Negro intentó matar al Rey Ricardo, pero se dio cuenta de que no podía hacerlo sin cambiar la historia y se abstuvo de hacerlo. Más tarde, Richard cayó enfermo gracias a una conspiración entre Conrad de Monferrat y un místico llamado Sabbah que usó un hechizo para hacerlo enfermar. Richard se salvó cuando el Caballero Negro y el Preste Juan expusieron la conspiración que terminó con la recuperación del Rey. Sin embargo, el rey Ricardo ordenó que el Caballero Negro fuera desterrado y su nombre fuera borrado de los libros de historia por el anterior atentado contra su vida.
Sin embargo, más tarde ese año, el rey Ricardo enfermó una vez más y ordenó que l Caballero Negro acudiera a su lado. Ordenó al Caballero que asesinara a Saladino de Egipto antes de su propia muerte. En este momento, los espíritus de Garrington y Whitman lucharon por controlar su cuerpo. Si bien Garrington tenía la intención de asesinar a Saladino, Whitman sabía que hacerlo antes del momento de la muerte de Saladino también alteraría la historia. Tomando el control nuevamente, Whitman impidió que otro asesino, el sirio Rashid ah-Din, matara al Saladino y permitió que lo capturaran. El rey Ricardo, habiendo aparentemente superado su enfermedad, pagó un rescate para liberar al Caballero Negro, quien continuó sirviendo a su lado durante muchos años a partir de entonces.
Alrededor de 1192, el rey Ricardo llevó a sus caballeros a una nueva batalla con Saladino y sus fuerzas en la tierra natal de Saladino, Egipto. Para entonces, tanto el rey Ricardo como su antiguo enemigo habían desarrollado un largo respeto mutuo. Durante un ataque de los secuaces de Saladino, el rey Ricardo y sus caballeros fueron rescatados por El Alemain. El Alemain era el hermano de uno de los caballeros de Ricardo, Sir John O'Dare, cuya tripulación murió de peste en su camino al campo de batalla. El Alemain le prometió a su hermano luchar por el rey Ricardo en las Cruzadas. Alemain demostró su valía para el rey Ricardo al derrotar a Saladino en un combate uno contra uno, pero permitió que el gobernante egipcio quedara libre. Ricardo dio a El Alemain el apodo de El Cruzado. Durante este período, Guy de Montfort, uno de los caballeros de Ricardo, intentó asesinar al rey. Sin embargo, fracasó gracias a la intervención del cruzado, aunque el héroe no tenía las pruebas para desenmascarar a De Montfort. Más tarde, Ricardo envió al Cruzado para salvar a su caballero Sir Quincy, que había sido capturado por Saladino.
Primera aparición en un cómic de Marvel: Ideal vol.1 #4.
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