Carolyn Lay nació en Whittier, California, en 1952. Habiéndose criado en el insulso extrarradio que era Orange County en los cincuenta, Carol avivó su imaginación con abundantes libros y grandes historias de televisión como The Twilight Zone, Alfred Hitchcock Presents y Science Fiction Theater. Más tarde, cuando acabó en la UCLA, descubrió a Frank Zappa y Zap Comix en su primera semana. Buenos tiempos.
En la facultad, un curso de más en Arte Conceptual casi arruina los planes artísticos de Carol – dejó de dibujar durante dos años y consideró una carrera en programación informática dada su fascinación por la lógica y la lingüística – pero continuó en el programa de Bellas Artes y obtuvo su licenciatura. Por esa época, su madre le pidió que dibujara unas cartas con letras del alfabeto y números para la clase de primaria a la que enseñaba. Carol encontró así su camino de vuelta al dibujo a través de los pragmáticos y coloridos dibujos que hizo para aquellas cartas. Obtuvo entonces unas prácticas habilidades en arte comercial, primero dibujando las Páginas Amarillas e ilustraciones, luego en una tienda de fotorotulación. Cuando un amigo le dio un curso intensivo sobre cómics, encontró su vocación. El género incorporaba las habilidades e intereses de Carol sobre dibujo, narrativa, lógica y compleja resolución de puzzles.
En varias convenciones de cómics en California del Sur, Carol conoció a aspirantes y veteranos historietistas y recibió su primer trabajo en cómics rotulando las historias de otras personas. A partir de ahí aprendió por sí misma a entintar, escribir, dibujar, y colorear historias; trabajando para cómics de Hanna-Barbera, Western Publishing, DC y Marvel, y varias independientes. También dibujó comercialmente para Mattel; realizó storyboards para vídeos de rock, películas de estreno como Top Secret y Back to the Beach, entre otras), y anuncios; y más tarde trabajó en animación como artista de storyboard en múltiples shows. Pero su primer amor fueron siempre los cómics. En 1990, Carol fue invitada a contribuir para una historia corta serializada en LA Weekly, que resultó en una pieza de cinco páginas titulada, “La Cosa Bajo el Futón”. La paga era muchas veces más que lo que pagaban en los cómics independientes, la audiencia era mayor e incluía a mujeres, así que Carol persiguió y consiguió un sitio fijo en el periódico mediante una tira semanal. Dicha tira continuó publicándose durante dieciocho años en los EE.UU. y el extranjero, incluyendo Salon.com.
Carol vivió en Nueva york durante muchos años, trabajando para clientes que incluían The Village Voice, Entertaintment Weekly, Newsweek, The New York times, The Wall Street Journal, The New Yorker, Mad Magazine, Worth Magazine, More, y otros.
Cuando no está trabajando, Carol disfruta del senderismo en montañas y desiertos de California, bucear y tocar la concertina inglesa.
Actualmente, Carol vive y trabaja en Los Ángeles.
Biografía y fotografía obtenida en la web de la autora ampliada con datos de ancestry.
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