Renato Casaro es uno de los ilustradores de carteles de cine más importantes del mundo, ha colaborado con los directores y productores italianos Dino De Laurentiis, Sergio Leone, Osvaldo de Micheli, Bertolucci y Giuseppe Tornatore, así como el norteamericano Quentin Tarantino, ya en sus últimos años de profesión. Es conocido internacionalmente por su trabajo en centenares de carteles de cine. En los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, con el auge del cine italiano en todo el mundo y el enorme éxito de los estudios Cinecittà -el Hollywood italiano-, el arte cinematográfico, considerado menor, vio surgir un gran número de ilustradores talentosos en Italia que forjaron exitosas carreras internacionales en las siguientes décadas. Renato Casaro es sin duda uno de los más importantes y prestigiosos de estos nombres, especialmente en la industria cinematográfica internacional.
Desde muy pequeño Casaro sentía una gran pasión por el dibujo, pero la falta de escuelas y cursos dedicados a la ilustración provocan que en un principio este artista se forme de manera autodidacta. Era un gran aficionado al cine y mientras aún estudiaba Tipografía en una escuela de su ciudad natal, en 1952, comenzó a pintar grandes carteles publicitarios, como era la tradición en esos días, para el cine Garibaldi de Treviso, a cambio de entradas gratis. El propietario del cine, impresionado por su talento, le recomendó a una importante agencia de publicidad en Roma, Studio Favalli, que en ese momento era la más famosa de la capital para campañas cinematográficas. Sin pensarlo dos veces, Casaro se embarcó en esta gran aventura y se mudó de Treviso a Roma en 1953. Con menos de veinte años comenzó su aprendizaje en la agencia, donde le mostraron los secretos de su profesión y conoció al hombre que considera su primer verdadero maestro: Angelo Cesselon, un pintor de cine que, como él, era de la región del Véneto. En 1956, Casaro, lleno de talento y la ambición de hacer grandes cosas, decidió abrir su propio estudio en Roma. Durante esta primera etapa de su carrera realizaba unos cien carteles al año, en jornadas interminables de lunes a domingo, a veces ilustrando un cartel completo en una sesión de trabajo.
En 1960 conoce al productor italiano Dino De Laurentiis, con el que comienza una colaboración fructífera y duradera. El primer gran éxito internacional de Casaro llegó en 1965 con el póster del éxito de taquilla La Biblia, producido por De Laurentiis; por primera vez, su arte se exhibió en el Sunset Boulevard de Hollywood. Luego llegarían otros éxitos del productor como Flash Gordon y Dune. Su amistad con Sergio Leone también comenzó ese año, convirtiéndose en el ilustrador de los carteles de sus películas, principalmente para el mercado exterior, como la trilogía de Clint Eastwood, así como los carteles de sus otros westerns, que quedarán para siempre en la memoria colectiva. Después de eso, Renato Casaro fue cortejado por los grandes estudios de Hollywood, donde vivió y trabajó durante un par de años, Londres y Nueva York, colaborando con grandes directores y productoras en una gran variedad de películas. El arte de Casaro aparece en las películas de Claude Lelouch, Francis Ford Coppola, Wolfgang Petersen, Bernardo Bertolucci, Luc Besson, Rainer Werner Fassbinder, Francesco Rosi, Giuseppe Tornatore, Milos Forman y Percy Adlon, entre otros muchos más, incluidos los carteles de prácticamente toda la filmografía del dúo Bud Spencer y Terence Hill.
A partir de 1975, Casaro introdujo el uso del aerógrafo en sus composiciones, diseñando los carteles de los grandes éxitos de los años dorados de la comedia italiana. Durante los ochenta llegaron algunos de sus pósteres más recordados: los de la trilogía de Rambo, el de Once Upon a Time In America, el de The Sheltering Sky (El cielo protector en España) de Bernardo Bertolucci, director con el que comenzó una larga relación profesional, y los de Conan The Barbarian y Conan The Destroyer, que la editorial Marvel Comics utilizó como portadas de Marvel Super Special vol.1 #21 y Marvel Super Special vol.1 #35, que adaptaban ambas películas al cómic. En los años noventa, con la llegada del arte digital, el trabajo manual de Casaro siguió plenamente vigente. Durante esa época comienza a dividir su tiempo entre los carteles de cine y la pintura, iniciando el ciclo de “películas pintadas” en las que hacía una interpretación libre de estrellas del cine y escenas de películas inspiradas en los viejos maestros del Renacimiento. En 1995, ilustra el póster de la película de Giuseppe Tornatore, L’Uomo delle Stelle (El hombre de las estrellas), del que el director dijo que era el más bello póster de todas sus películas. Otros trabajos suyos muy recordados de los años ochenta y noventa fueron los de las películas The Adventures of Baron Munchausen, Army of Darkness, Fire, Ice and Dynamite, Flesh and Blood, Memoirs of an Invisible Man, The Never Ending Story II: The Next Chapter, Over the Top, Red Sonja, Waterloo, Le llamaban Trinidad, El nombre de la rosa, Nueve semanas y media o El último Emperador.
Finalizando el siglo pasado, Casaro, en el apogeo de su éxito, decidió retirarse de la industria cinematográfica, dedicándose por completo a la pintura, que siempre había sido muy apreciada por numerosos expertos y coleccionistas. Se centró en pintar la fauna y los grandes espacios abiertos de la sabana africana y los desiertos de Arabia, que conocía gracias a sus frecuentes viajes. Su pasión original por el cine y sus estrellas, sin embargo, resurgió continuamente ya que, aun retirado, productores y directores seguían buscándolo para sus proyectos, como Carlo Verdone o su admirador Quentin Tarantino, para el que ilustró los carteles al estilo de los años sesenta que aparecen en el filme Once Upon a Time in Hollywood.
Renato Casaro está considerado uno de los más importantes, influyentes e innovadores cartelistas del cine italiano, estimándose su producción en más de 2.000 carteles durante sus setenta años de carrera y ganando infinidad de premios. También ha pintado calendarios, como los del cuerpo de Carabineros en 1999 y 2000, coleccionables, portadas de libros y portadas de discos. El documental L`ultimo uomo che dipinse il cinema, del director Walter Bencini, rinde homenaje al último de una raza de ilustradores tristemente desaparecidos, arrinconados por los carteles digitales de usar y tirar de nuestro tiempo. Su ciudad natal, Treviso, celebró su arte a través de una exposición en 2021 con una ambiciosa retrospectiva de su trabajo. Vive en Marbella, en la española Costa del Sol, desde 2010, donde sigue dedicado ya en su vejez a la pintura, especialmente los murales que decoran su casa. Tiene una fantástica página web, donde apreciar su impresionante trabajo. También tiene una cuenta en Instagram.
Biografía realizada con datos obtenidos en la Wikipedia, Grand Comics Database, Amino, Las Furias Magazine y Es de Latino.
Fotografía obtenida en Spencerhill Festival 2023.
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